SONIDO Y CINE!!!
Este blog es un espacio para conocer las partes de la camara.
lunes, 28 de abril de 2014
lunes, 7 de mayo de 2012
Triunfo de las películas sonoras
En febrero de 1927, fue firmado un acuerdo por cinco importantes
productoras de Hollywood—las llamadas Dos Grandes, Paramount y MGM,
así como First National (una
vez en el ranking de la indutria junto con Fox, pero ahora en declive), la de
medio tamaño Universal, y la pequeña
pero prestigiosa Producers Distributing Corporation (PDC) de Cecil B. DeMille—para seleccionar colectivamente sólo un
proveedor para la conversión de sonido. El grupo de las cinco entonces se puso
cómodo y esperó para ver que tipo de resultados proponían los precursores. En
mayo, Warner Bros. revendió sus derechos de exclusividad a ERPI (junto con la
sublicencia Fox-Case) y firmó un nuevo contrato de regalía similar al de Fox
para el uso de la tecnología de Western Electric. A medida que Fox y los Warner
avanzaron con el cine sonoro en diferentes direcciones, tanto tecnológicamente
como comercialmente—Fox con noticiarios y después dramas musicales, los Warner
con películas habladas—también lo hizo ERPI, que buscó hacerse con el mercado
firmando con cinco importantes aliados.
Todas las películas sonoras de grandes sensaciones del año se
aprovecharon de las celebridades preexistentes. El 20 de mayo de 1927, en el Teatro Roxy de Nueva York, Fox
Movietone presentó una película sonora del despegue del célebre vuelo a París
de Charles Lindbergh, grabado
más temprano ese mismo día. En junio, un noticiario sonoro de Fox se muestra
presentando su bienvenida de vuelta a Nueva York y Washington, D.C.. Estas
fueron las dos películas sonoras más aclamadas hasta la fecha.[24] También en
mayo, Fox estrenó la primera película de Hollywood de ficción con diálogo
sincronizado: el corto They're Coming to Get Me, protagonizado por el
címico Chic Sale.[25] Después de
reestrenar unos pocos éxitos de películas mudas, como El séptimo cielo,
con música grabada, Fox sacó su primera película original Movietone el 23 de septiembre: Amanecer, por el
aclamado director alemán F. W. Murnau. Como con Don Juan, la
banda sonora de la película estaba compuesta de música y efectos de sonido
(incluyendo, en un par de escenas llenas de gente, conversaciones no
específicas). Luego, el 6 de octubre de 1927,
se estrenó El cantante de jazz de
Warner Bros.. Fue un exitazo en taquilla para el estudio de tamaño medio,
ganando un total de 2.625 millones de $ en los Estados Unidos y en el
extranjero, casi un millón de dólares más que el anterior récord para una
película de los Warner.[26] Producida con
el sistema Vitaphone, la mayor parte de la película no contiene audio grabado
en directo, dependiendo, como Amanecer y Don Juan, en su música y
efectos sonoros. Cuando la estrella de la película, Al Jolson, canta, no obstante, la película cambia a sonido
grabado en el plató, incluyendo tanto sus interpretaciones musicales como dos
escenas con discurso improvisado—uno del personaje de Jolson, Jakie Rabinowitz
(Jack Robin), dirigiéndose a la audiencia de un cabaré; el otro un intercambio
de opiniones entre él y su madre. Aunque el éxito de El cantante de jazz
fue debido en gran parte a Jolson, ya establecido como una de las más grandes
estrellas musicales de Estados Unidos, y su uso limitado de sonido sincronizada
apenas se calificaba como una innovadora película sonora (sino como la
"primera"), los considerables beneficios fueron prueba suficiente
para la industria de que valía la pena invertir en la tecnología.
El desarrollo del cine sonoro comercial había avanzado a rachas antes de
El cantante de jazz, y el éxito de la película no cambió las cosas de la
noche a la mañana. No fue hasta mayo de 1928 que los cuatro principales reacios
(PDC había abandonado la alianza)—junto con United Artists y otros—firmaron con ERPI para la conversión de
las instalaciones de producción y los teatros para el cine sonoro.
Inicialmente, todos los teatros cableados por ERPI fueron hechos compatibles
con Vitaphone; la mayoría estaban equipados para proyectar bobinas Movietone
también.[27] Incluso con el
acceso a ambas tecnologías, no obstante, la mayoría de las empresas de
Hollywood continuaron siendo lentas para producir películas habladas propias.
Ningún estudio aparte de Warner Bros. estrenaron ni una película con partes
sonoras hasta que el pequeño Film Booking Offices of America (FBO) estrenó Perfect Crime
el 17 de junio de 1928, ocho meses después de El cantante de
jazz.[28] FBO había caído
bajo el control efectivo de un competidor de Western Electric, la división RCA
de General Electric, que
estaba buscando comercializar su nuevo sistema sound-on-film, Photophone. A
diferencia del Movietone de Fox-Case y el Phonofilm de De Forest, que eran
sistemas de densidad variable, Photophone era un sistema de área variable—un
refinamiento en la manera que la señal de audio era inscrito en el celuloide
que se convertiría finalmente en la regla. (En ambos sistemas, una lámpara
especialmente diseñada, la exposición de cual con el
celuloide es determinada por la entrada de audio, es usada para grabar el
sonido fotográficamente como una serie de líneas minúsculas. En un proceso de
densidad variable, las líneas son de oscuridad variable; en un proceso de área
variable, las líneas son de anchura variable.) Para octubre, la alianza FBO-RCA
llevaría a la creación de un nuevo e importante estudio de Hollywood, RKO Pictures.
MIentras tanto, Warner Bros. había estrenado tres películas habladas más
en la primavera, todas rentables, pero no al nivel de El cantante de jazz:
en marzo apareció The Tenderloin; fue nombrada por los Warner como la
primera película en donde los personajes pronunciaban sus partes, aunque sólo
15 de sus 88 minutos tenían diálogo. En abril le siguió Glorious Betsy y
The Lion and the Mouse (31 minutos de diálogo) en mayo.[29] El 6 de julio de 1928 se estrenó la primera película
completamente hablada, Lights of New York. La película costó a Warner
Bros. sólo $23.000 para producirse, pero ganó $1,252 millones, una tasa récord
de rendimiento superando el 5.000%. En septiembre, el estudio estrenó otra
película con partes habladas con Al Jolson, The Singing Fool, que dobló
con creces el récord de beneficios de El cantante de jazz para una
película de los Warner.[30] Este segundo
éxito de pantalla de Jolson demostró la capacidad de una película musical de
transformar una canción en un éxito nacional: el siguiente verano, el número de
Jolson "Sonny Boy" se había anotado unas ventas de 2 millones de
discos y 1,25 millones de partituras.[31] En septiembre
de 1928 se estrenó Dinner Time de Paul Terry que fue uno de los primeras dibujos animados producidos con sonido sincronizado. Después
de ver esto, Walt Disney decidió hacer uno de sus cortos de Mickey Mouse, Steamboat Willie, también con sonido.
A lo largo de 1928, a medida que Warner Bros. comenzó a recoger grandes
beneficios debido a la popularidad de sus películas sonoras, los otros estudios
aceleraron el ritmo de su conversión a la nueva tecnología. Paramount, el líder
de la industria, sacó su primera película hablada a finales de septiembre, Beggars
of Life; aunque tenía sólo unas pocas líneas de diálogo, demostró el
reconocimiento del estudio del poder del nuevo medio. Interference, la
primera película completamente hablada de Paramount, debutó en noviembre. Las
expectactivas cambiaron rápidamente, y la "moda" de 1927 se convirtió
en un procedimiento estándar para 1929. En febrero de 1929, dieciséis meses
después del debut de El cantante de jazz, Columbia Pictures fue el último de los ocho estudios que
serían conocidos como "grandes" durante la Edad de Oro de Hollywood
en estrenar su primera película con partes habladas, Lone Wolf's Daughter.[32] La mayoría de
los cines estadounidenses, especialmente fuera de áreas urbanas, no estaban aún
equipados para el sonido y los estudios no estaban completamente convencidos
del interés universal de las películas habladas-a medidados de los años 1930,
la mayoría de las películas de Hollywood eran producidas en versiones duales,
tanto muda como sonora.[33] Aunque pocos en
la industria lo predijeron, el cine mudo como un medio comercial viable en los
Estados Unidos sería pronto algo más que un recuerdo. La última película
mayoritaria completamente muda sacada por uno de los estudios grandes de
Hollywood fue el western Points West de Hoot Gibson, estrenado por Universal Pictures en agosto de
1929.[34] Un mes antes,
la primera película completamente en color y completamente hablada se había
estrenado públicamente: On with the
Show! de Warner Bros.
El cine sonoro una nueva forma expresiva
Las
nuevas técnicas, el espíritu creativo y emprendedor de los cineastas y la
búsqueda del más difícil todavía, hizo que se impusiera el cine sonoro,
acabando, no sin dificultades y dejando a mucha gente en el camino, con el cine
mudo. Cuando el cine sonoro demostró su rentabilidad, las películas mudas, a
pesar de su arte, quedaron condenadas a pasar a la historia. El cine mudo había
durado 35 años.
En 1926
se estrenó en Nueva York Don Juan, con
efectos sonoros y una partitura sincronizada y posteriormente varios cortos que
fueron perfeccionando los dos sistemas, el Vitaphone (la Warner) y en
competencia el Movietone (la Fox). El 6 de octubre de 1927 se estrenó El cantor de jazz (The
Jazz Singer), considerada la primera película sonora de la historia del
cine, que hizo tambalear todos los planes del momento del cine mudo. Hacia 1930
el sonoro era un hecho, y el cine mudo había sido definitivamente vencido.
En el mundo de los actores se produjo el
pánico, ya que temieron, y con razón, que sus voces no fueran adecuadas a los
cambios, y todos fueron obligados a «pruebas de voz». A pesar de que la mayoría
de los actores superaban las pruebas, actores significativos, aunque no por
causa de la voz, quedaron en el camino (John Gilbert, Buster Keaton...).
«El
cine sonoro no era simplemente el mudo con sonido incorporado, sino una nueva
forma de expresión que tenía que reconciliar lo real (la grabación precisa de
palabras y sonidos) con lo irreal (la imagen bidimensional), mientras que el
cine mudo había sido una unidad armoniosa, completa por sí misma».
(Planeta, 1982).
Algunos
directores de fotografía afirman que el cine sufrió un inmenso retroceso al
llegar el sonoro, pues limitó enormemente las posibilidades creativas del
mismo. Cierto es que perdió con celeridad cierta fluidez, creatividad y ritmo,
y tal vez sufrió unos años de retraso el avance imparable en el que se veía
inmerso el lenguaje cinematográfico. Las cámaras hacían mucho ruido, y las
filmaciones debían hacerse en riguroso silencio. Los micrófonos lo captaban
todo y al mismo tiempo no se entendían correctamente las voces de los actores.
El operador, encerrado en una cabina insonorizada no se enteraba de nada que no
veía, lo que ralentizaba el trabajo y hacía perder agilidad a los movimientos
narrativos.
Algunos historiadores del cine dicen, no obstante, que afirmar lo anterior es
magnificar el problema, ya que en muy poco tiempo se montaron las cabinas para
la cámara sobre ruedas y enseguida se blindaron las cámaras insonorizándolas
totalmente, con lo que recuperaron la movilidad anterior. Hacia 1928 se habían
superado la mayoría de los problemas técnicos con los que se inició el cine
sonoro, se inventó la «jirafa», el micrófono que se coloca en lo alto de la
escena y se evitaron así las cámaras insonorizadas, pesadas y aparatosas, que
impedían la movilidad en las escenas.
Historia del Sonido en el Cine!!!!
Anteriormente
al cine sonoro ya existía el sonido en el cine. Los cineastas y proyectistas se
habían preocupado de ello, pues el
cine nace con voluntad sonora. En las primeras filmaciones cortas en que
aparecen actores y actrices bailando, el espectador no oye la música, pero
puede observar sus movimientos. Por otra parte, rara vez se exhibían las películas en
silencio. Los hermanos Lumiére, en 1897, contrataron un cuarteto de saxofones
para que acompañase a sus sesiones de cinematógrafo en su local de París y hubo
compositores de valía, como Saint-Saéns que compusieron partituras para
acompañar la proyección de una película. Músicos y compositores tenían en el
negocio del cine mudo una fuente de ingresos. No sólo la música, también los
ruidos y acompañamiento tenían cabida en el cine mudo, por lo que algunos
exhibidores disponían de máquinas especiales para producir sonidos, tempestades
o trinar de pájaros. Cierto es que este sistema era solamente posible en
grandes salas, en ciudades o lugares de público pudiente, y escasamente podía
apreciarse en pueblos o lugares alejados. Todos los instrumentos eran válidos
para hacer música en el cinematógrafo aunque el piano (y la pianola) era
normalmente el más apetecido.
Algunos
experimentos habían demostrado que las ondas sonoras se podían convertir en
impulsos eléctricos. En el momento en que se logró grabar en el celuloide esta
pista sonora, se hizo posible ajustar el sonido a la imagen, y por lo tanto
hacer sonoro el cine.
Thomas
Alva Edison, uno de los inventores del cinematógrafo, había conseguido grabar
la voz humana en su fonógrafo en el año 1877. No fue el primero, ya que Muybridge
gravó la progresión del galope de un caballo en 1972. Estos dos precursores
sientan las bases de los inventos posteriores. En el caso del cine, el problema
que no se conseguirá solucionar de manera rentable y eficaz hasta después de la
Primera Guerra Mundial será la sincronización de sonido e imagen.
En el año 1893, el físico francés Démeny inventó lo que se llamó
fotografía parlante. Charles Pathé, uno de los pioneros del cine, combinó
fonógrafo y cinematógrafo, llegando a fabricar unas 1900 películas cantadas. Y
también en la misma época, Léon Gaumont desarrolló un sistema de sonorización
de films parecido, que presentó en la Exposición Universal de París de 1902.
Otros inventos posteriores, el de Eugène Lauste y el de Messter Baron y Ruhmer,
en la segunda década del siglo XX, son importantes como primeros experimentos,
pero no llegaron a buen término a causa de la mala calidad del sonido
resultante o problemas con la sincronización.
Así, en 1918, es patentado el sistema sonoro llamado TriErgon, que
permitía la grabación directa en el celuloide. Pero no será hasta el año 1922
que Jo Engel, Hans Vogt y Joseph Massole presentan el primer film, Der
branstifer, que lo utiliza incorporando las aportaciones del ingeniero
norteamericano Lee de Forest. El sistema que usan estos alemanes dará lugar al
llamado Movietone, que será utilizado por la Fox antes de la estandarización y
al llamado Tobis Klangfilm.
En 1923, el ya mencionado Lee de Forest presenta su invento definitivo y
establece las bases del sistema que finalmente se impuso. El Phonofilm resolvía
los problemas de sincronización y amplificación del sonido, porque lo grababa
encima de la misma película. A pesar del éxito logrado con la proyección de una
secuencia de The Covered Wagon, la falta de financiación postergó la
implantación del invento hasta el año 1925. Los empresarios que dominaban el
sector no creyeron en él en aquel momento, porque la adopción del sonoro
implicaba una fuerte inversión, ya que había que adaptar los estudios y todas
las salas de proyección.
En
1925, la compañía Western Electric decide apostar por Lee de Forest y, en el
año 1926, se inició la producción bajo la tutela de la Warner Brothers que, con
esta apuesta, pretendía superar una mala situación económica. Y así ese año
presentaban cinco cintas en que la imagen convivía con el sonido gracias al
sistema Vitaphone de sincronización disco-imagen. Éstas consistían en un
discurso de William Hays, una pieza interpretada por la New York Philarmonic
Orchestra, una pieza de violín tocada por Mischa Elman, una audición de la
cantante Anna Case y la película de Alan Crosland, Don Juan, con John Barrymore
como protagonista y en la que se había añadido una partitura interpretada por
la orquesta antes citada.
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